La vuelta al mundo en dos ruedas
Los destinos preferidos por los motoqueros chilenos están en Sudamérica. Sin embargo, los más aventureros llegan hasta Europa.C
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Dar la vuelta al mundo parece una misión imposible para muchos, pero hay quienes se arriesgan y lo intentan. Hay quienes lo hacen a pie y mochila al hombro, otros por aire o por mar y algunos deciden hacerlo por tierra y en dos ruedas. Es el caso de los motoqueros, cuya circulación dentro y fuera del país aumenta día a día.
Sólo en Chile, durante enero, 365.539 viajeros en moto pasaron por pórticos de peaje, 7.951 vehículos más que en el mismo periodo en 2017, cifras que cada año aumentan en similar proporción.
La tendencia, dicen los protagonistas de estos viajes, se mantiene al alza. Bien lo sabe Cristián Maragaño, arquitecto y rider, quien luego de recorrer 137 países durante cuatro años, creó en Pucón en el primer hotel para motoqueros de Sudamérica. A este caso de vuelta al mundo se suma el de Ricky Godoy, fallecido amante de las motos y conductor de Mototemáticos, quien también recorrió el globo sobre dos ruedas. Un tan inesperado como lamentable accidente sobre su moto acabó con su viaje en Irlanda, en 2014.
Javier Valenzuela, otro motoquero empedernido, inspirado en la serie “Long Way Round”, en 2014 inició su gran viaje. Una travesía de dos años que lo llevó a recorrer 17 países de América, desde Tierra del Fuego en Argentina, hasta Alaska, Estados Unidos. Ida y vuelta, “rodó” por cerca de 90.000 kilómetros.
De Buin a Nueva York. Ese fue el viaje de Christian Koock, quien se lanzó a la ruta atraído por conocer la carretera panamericana. Entre enero y julio de 2016, este motociclista se aventuró en solitario a cumplir el sueño de su vida: llegar hasta la ciudad más poblada del estado del mismo nombre, en su Harley Davidson Electra Glade de 1996.
Viajar como forma de vida
Las modalidades de viaje suelen variar y hacer una ruta solo o acompañado siempre es una opción, así como convertir el viaje en forma de vida, todo un riesgo. Ariel Cantillana y Susan Arias, decidieron tomarlo y en 2015 dejaron sus carreras de guía de montaña y tecnólogo médico, respectivamente, y se lanzaron a recorrer Sudamérica, arriba de sus Honda Falcon NX400.
En esta Expedición en Moto, como se denomina su viaje, han recorrido Chile desde Visviri a Tierra del Fuego; la Patagonia argentina hasta Ushuaia, la ciudad más austral del mundo; Uruguay, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Brasil y Paraguay.
La motivación, comenta Ariel, vino de cuando ambos eran mochileros y ni siquiera pareja. La moto, dicen, los unió. Tras leer “Los Viajes de Júpiter”, de Ted Simon, quien dio la vuelta al mundo en moto en los ’70, y destinar los ahorros que antes eran para visitar Europa, decidieron lanzarse a recorrer Sudamérica, en un comienzo en una travesía de tres meses y luego de un año. Pero el amor por el viaje pudo más y tras volver a Santiago a renunciar a sus trabajos, tomaron la determinación de dedicar sus vidas a viajar.
“Nunca pensamos que tardaríamos más de dos años, pero fue la mejor decisión que pudimos tomar”, asegura Ariel, quien añade que entre todas las sorpresas que ha traído consigo el viaje, la mayor ha sido la hermandad motociclista en todos los países, principalmente en aquellos que parecen más peligrosos para el común de la gente: Colombia y Brasil. Ahí, dice, existe una red de ayuda al moto-viajero muy organizada.
Las aventuras y el cambio de vida no han sido en vano. Una de las particularidades de este viaje es que han “motografiado” el continente y documentado su viaje, a fin de publicar un libro con sus aventuras cuando estén de regreso en Chile.
Girl power
Así como hay viajes en parejas y en grupos, los hay también en solitario y Loretta Platoni es una exponente y pionera nacional de este tipo de rutas. En 2012, la actual dueña de Loretta Motos Chile, inició un viaje por Sudamérica, llegando hasta Colombia. Dos años más tarde, su destino fue el viejo continente. Durante dos meses y una semana, esta rider local recorrió Europa Central y del Este, arriba de una BMW 800. Visitó España, Alemania, Francia e Italia, y realidades tan lejanas como las de Eslovenia y Bulgaria, una experiencia totalmente diferente a la que ofrece Latinoamérica, donde la ayuda y auxilio, así como también la admiración por la mujer en motocicleta, todavía es patente.
“Allá la gente es más fría y no tienen la mentalidad tercermundista de sorpresa al ver a una mujer en moto. Es algo mucho más natural”, comenta.
Agrega que en Chile, de a poco esta tendencia comienza a ganar adeptas, ya que desde hace cerca de tres años, hay mujeres que se aventuran a viajar solas. Todas, dice, tienen perfil similar, que lejos de ser negativo, les otorga mayor autonomía.